Hoy día, la identidad digital, seamos docentes o no, es o debería ser tan importante como nuestra identidad analógica. Ambas se complementan para formar una única identidad real donde queda reflejada nuestra reputación, nuestra historia, nuestras relaciones y, en una palabra, nuestro mundo, el que nos construye y el que construimos. Si además somos docentes, la relevancia de la misma se multiplica, dadas nuestras responsabilidades con el alumnado, un sector de población vulnerable y muy influenciable, inmerso en un proceso de formación en el que participamos decisivamente.
Sin embargo, conviene estar advertidos y ser conscientes del alcance de la identidad digital, ya que las categorías que la definen no coinciden exactamente con las que constituyen nuestra identidad analógica. Así, deberíamos tener muy en cuenta lo siguiente:
- Nuestra identidad digital es universal: no está sujeta a variables sociales, culturales, económicas o políticas que la maticen o la contextualicen. Es susceptible por tanto de ser malinterpretada.
- Nuestra identidad digital es ubicua: está al alcance de cualquiera, en toda partes, en todo momento.
- Nuestra identidad digital es intemporal: permanece en el tiempo, no caduca. En este sentido es acumulativa (lo que somos o queremos ser después no excluye lo que hemos sido, como en el mundo analógico).
- Nuestra identidad digital es editable: es altamente susceptible de manipulación y modificación porque se construye principalmente con lo que "decimos" y "dicen", y no tanto con lo que "hacemos".
PantallasAmigas lo expresa con mucha claridad y rotundidad:
La identidad digital es lo que somos para otros en la Red o, mejor dicho, lo que la Red dice que somos a los demás.
En el siguiente vídeo encontraremos consejos para construir una adecuada identidad digital y una correcta reputación online:
En el siguiente vídeo encontraremos consejos para construir una adecuada identidad digital y una correcta reputación online:
